domingo, 20 de septiembre de 2009

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Si sabes esos días,
nubes de látex
como arrastradas por el suelo de un hogar
abandonado,
sucias de luz y ruido,
cielo infectado de la noche
de una ciudad cuyo perfil solo te puede recordar
a las muelas de un perro
rabioso.

Si desconoces en los rostros de los hombres
la dignidad, y llueve
sangre amarilla
de firmamentos que jamás sabrán el nombre
de los que alzan sus manos.

Si entiendes que los ojos son cuchillos y las manos
penas de muerte en esta tierra
de huérfanos suicidas,
almas dormidas en la intimidad
de sus bestias más fieras.

Si sientes, al final, te vuelves mundo,
tan retorcido y ciego,
y la sonrisa te abandona,
doblas el labio, posas
para los domadores.

Porque eres tú el infierno.

jueves, 17 de septiembre de 2009

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Sus ojos, solamente
sus ojos,
ellos dos solos,
se merecían cualquier lluvia.

En todas las ciudades
se alzaron
grises banderas y estandartes
hostiles y de tedio,
su falta
de brillo
tan solo se apreciaba desde lejos cuando huíamos.

Después bajé a su cuerpo
y supe que mis ojos fueron su mirada,
o que el deseo
es una prevaricación ajena.

Cuando nos vieron empapados
se murmuraban maldiciones,
olía todo a suelos fríos

y por encima
de la verdad
fuimos, al menos, justos.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ropa de invierno

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La noche es súbita y adelantada
un martes de un septiembre
cualquiera porque
ya nada importa demasiado.

Así es como dicen que son las decepciones,

la metereología es triste
y no tan grave
la soledad que avisa con aniversarios.

Y no hace tanto frío
como para el amor de la ropa de invierno.

Ni eso importa ya.

jueves, 10 de septiembre de 2009

y bebí vinosfuertes, como aquellos
que beben los valientes del placer.
CAVAFIS

La orquesta
no tiene más canciones.

Los mástiles partidos salen
a flote en olas
que ahora acarician con espumas
de sal los rostros sin horror de los ahogados.

En la ciudad los plátanos gotean
sobre sus hojas
perdidas
equeños cuerpos transparentes.

El tiempo está sentado en el banquillo de los acusados,
pero las horacas tienen otro almuerzo
y otros ojos.

Y me recuerdo al veterano ejército
que ve
al fin, de cerca,
la muerte y la derrota,
a los soldados demacrados
que en otro tiempo eran hermosos semidioses
sentados en banquetes,
alzando
la cara por cerrar
con un gesto solemne su camino,
sonde donde cupo
la gloria y los placeres ya olvidados.

Estoy haciendo con palabras
apología del silencio.

El sol es triste y apagado
y no me queda nada
que defender,

y si tus labios coincidieran con mi cama
de nuevo, has de saber que un día yo no tuve
más que decirte
nime obligó el amortanfuerte
a procurarte para mí.

Te digo
que ya no queda ni el desastre
para dejar si quiera
los ojos llenos d emiseria,
que solo este dolor me sabe a calma,
y que esta calma tiene desgarrado entre los dedos
blancos jirones sin bordar
que al cielo blanden un adiós sin pena,
tan solo con vacío, una pasión baldía
y lágrimas de memoria suicida.


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martes, 8 de septiembre de 2009

Seguramente dudo

que aquellas luces,
casi ridículas y casi vivas,
te parecieran
la luz más triste de tu vida.

Solo tú sabes sí volvías sola, en esa intimidad
de la derrota,
entre banderas como labios de domingo
y días de fiesta, solo tú lo sabes.

Cansada y menos sobria que la luz
y la tediosa herida de no llegar a amanecer por un minuto,
la luz obscena como los trasteros
vacíos.

Quizás en una calle extraña,
recién limpiada y por lo tanto húmeda,
tú estabas caminando temblorosa
de frío
o de remordimiento,
o a solas como tantas veces
bailabas una estúpida canción.

Solo tú sabes cómo fue.
Mi oficio es solo hacerlo hermoso.

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martes, 1 de septiembre de 2009

una ancha sombra
tras los cristales.

y nada más.

están cerradas todas las salidas
y todas las entradas, pero
no tienes un buen dios que apriete ni que asfixie.

puedes saltar por la ventana,
rezar por el metálico esqueleto
de las sombrillas.

inténtalo.

no queda nada y yo tan solo puedo
querer morderte una vez más.

no hay quien resuma tu existencia,
dormido en la autopista, disfrazado
de buen turista.

más tus fotografías te delatan: tienes
un corazón horrible,
un monstruo atroz.

salta por la ventana.

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