martes, 8 de septiembre de 2009

Seguramente dudo

que aquellas luces,
casi ridículas y casi vivas,
te parecieran
la luz más triste de tu vida.

Solo tú sabes sí volvías sola, en esa intimidad
de la derrota,
entre banderas como labios de domingo
y días de fiesta, solo tú lo sabes.

Cansada y menos sobria que la luz
y la tediosa herida de no llegar a amanecer por un minuto,
la luz obscena como los trasteros
vacíos.

Quizás en una calle extraña,
recién limpiada y por lo tanto húmeda,
tú estabas caminando temblorosa
de frío
o de remordimiento,
o a solas como tantas veces
bailabas una estúpida canción.

Solo tú sabes cómo fue.
Mi oficio es solo hacerlo hermoso.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

No hay comentarios:

Publicar un comentario