Me escondo en un rincón
a reinventarte,
a recordarte como el pan que crece del silencio.
Esa belleza tuya duramente inabarcable,
la fustración del verbo
que no sabe tomarte.
Y así, tú, sin querer, me haces
hermosos como lluvia somnolienta.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
jueves, 18 de junio de 2009
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