jueves, 21 de mayo de 2009

Recuerda la mañana del invierno,
su escarcha sin noticias
depositando el desayuno en la ventana que miraba al este.
Aquel milagro entre la nieve azul
de despertar unidos.

Llegaste tarde siete días por semana.
No apareciste treinta días cada mes.
Un día era de noche y no te ibas.

Los dedos escarbando en la cintura,
buscando una moneda para salvar el frío
en el rincón
de hablar de lo que ya no importa.

Café, cigarro, educación y menta.

La habitación forzada,
la falta de pudor que la sombra permite,
las voces que interrogan por el tiempo
perdido.

Hoy sé que no era hora del amor,
que nos quisimos por llevarnos la contraria,
que todo salió bien.

Largo era el camino hacia el hogar,
pero tus manos me mentían:
-refúgiate aquí de tanta lluvia-

También yo abandoné a tu desnudo en la cuneta de la madrugada.

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1 comentario:

  1. Solo puedo poner... GUAU,GUAUUU

    me pasa como en los conciertos, cuando me llega un tema adentro, solo me sale eso.

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